martes, 8 de junio de 2010

jose eduardo guszman





INTRODUCCION

La Revolución Mexicana es uno de los acontecimientos más importantes de la historia de México y principalmente del siglo XX. Con ésta, dio fin la larga dictadura porfirista y se pasó a una etapa difícil por la participación de distintas tendencias revolucionarias y sus respectivos caudillos, que al tener propósitos y objetivos diferentes unos de otros, lucharon entre sí para favorecer sus intereses. La Revolución iniciada por Madero con el Plan de San Luis, fue provocada por causas de orden político, económico y social.

El propósito inicial era el derrocamiento de Porfirio Díaz de la presidencia de la República. La revolución maderista fue acogida con beneplácito por grandes sectores de la sociedad mexicana, principalmente por los campesinos, que esperanzados por lo prometido por Madero, se lanzaron a la lucha armada; Villa, Orozco y Zapata, encabezaron esta lucha campesina, pero pronto se dieron cuenta de que el reparto o la restitución de las tierras era lo que menos importaba a los dirigentes del movimiento.

Tanto Madero como Carranza pensaban que las reformas sociales debían aplazarse, primero estaban la solución a las demandas políticas, más que sociales, lo que originó que primero, los zapatistas se alzaran en armas contra el gobierno maderista al considerarlo como traidor al no restituirles las tierras a las comunidades campesinas. Más tarde, después del triunfo constitucionalista sobre el huertismo, los villistas se rebelarían contra Carranza.

HIPOTESIS

¿Por qué querían derrocar a Porfirio días de su poder?

Pues porque Porfirio días tenía otros ideales de gobernar tanto en lo político y social. La revolución mexicana, que contribuyó a formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de revoluciones y conflictos internos, protagonizados por distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación. Pero en un principio, las primeras tentativas revolucionarias, inspiradas por Francisco I. Madero, pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, que se había mantenido en el poder durante más de treinta años. Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas o peleas entre las propias facciones revolucionarias. Esta inconformidad nació en un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los estamentos más privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales.

En fin todos los revolucionarios querían pelear por sus ideales por ejemplo madero para derrocar a Porfirio días pero algunos otros para hacer crecer a México pero existían desigualdades entre los revolucionarios que hacía que a veces no se pudiera hacer lo que se tenía planeado.



REVOLUCIÓN MEXICANA
Entre 1910 y 1920 México fue sacudido por una serie de luchas y revueltas conocidas como revolución mexicana, que intentaron transformar el sistema político y social creado por Porfirio Díaz. La revolución mexicana, que contribuyó a formar el México contemporáneo, no tuvo un carácter homogéneo, sino que consistió en una serie de revoluciones y conflictos internos, protagonizados por distintos jefes políticos y militares que se fueron sucediendo en el gobierno de la nación. En sus orígenes, las primeras tentativas revolucionarias, inspiradas por Francisco I. Madero, pretendían el derrocamiento de Porfirio Díaz, que se había mantenido en el poder durante más de treinta años. Tras el triunfo de los maderistas, la necesaria reconstrucción del país se vio dificultada por las disputas entre las propias facciones revolucionarias.

Después del asesinato de Madero, hubo nuevas luchas en las que triunfó Venustiano Carranza, quien promulgó la constitución de 1917, paso decisivo para la organización del estado posrevolucionario. No obstante, los sectores más radicales de la revolución mantuvieron la lucha hasta 1920.

La revolución maderista La revolución mexicana nació en un panorama de insatisfacción contra la política elitista y oligárquica de Porfirio Díaz, que había favorecido a los estamentos más privilegiados, sobre todo a los terratenientes y a los grandes capitalistas industriales. Si bien el país gozaba de prosperidad económica, las continuas reelecciones de Díaz causaban insatisfacción política entre las nacientes clases medias, en tanto que los beneficios de la prosperidad no habían alcanzado a los grupos más pobres de la sociedad.
Madero, un rico terrateniente del norte del país, propuso una fórmula de compromiso político según la cual Díaz mantendría la presidencia y aquél, desde la vicepresidencia, iniciaría un proceso de reforma. Tras el rechazo de Díaz a la propuesta, Madero fue postulado candidato a la presidencia para las elecciones de 1910 por el Partido Anti reeleccionista, que incluía a intelectuales como Filomeno Mata y José Vasconcelos.
Díaz hizo detener a su oponente y se declaró vencedor en las fraudulentas elecciones de junio, pero Madero logró escapar de la prisión y publicó en la localidad texana de San Antonio su célebre plan de San Luis Potosí, en el que denunciaba el fraude electoral e incitaba a la población a que se uniera a una sublevación el 20 de noviembre. Escasos fueron los levantamientos en la fecha señalada, pero el llamamiento contribuyó a alentar la sublevación posterior en diversos puntos de México. En el norte, en Chihuahua, Pascual Orozco y Francisco (Pancho) Villa, con unas tropas improvisadas, empezaron a asaltar las

Guarniciones gubernamentales; y en el sur, en Morelos, Emiliano Zapata llevó a cabo una sangrienta campaña contra los caciques locales. Otros focos revolucionarios destacados fueron Sonora, con José María Maytorena, y Zacatecas.
Poco a poco se fue hundiendo el régimen de Díaz, cuyo ejército, dirigido por envejecidos militares, no supo hacer frente a las guerrillas revolucionarias. En la primavera de 1911, tras la caída de Ciudad Juárez, Díaz se vio obligado a renunciar y entregar el poder a Madero.

Presidencia de Madero Después de un breve gobierno provisional, Madero fue electo presidente en octubre de 1911. Inicialmente su régimen fue acogido con entusiasmo por el pueblo, pero pronto se vio enfrentado al descontento de los campesinos, que reclamaban una reforma agraria, y al de los hacendados, que deseaban sofocar el radicalismo de los seguidores de Zapata. En noviembre de 1911, éste se rebeló contra Madero en Morelos a causa del retraso en la restitución de las tierras a las comunidades indígenas, punto que se había acordado en el plan de San Luis. Asimismo, Orozco optó en Chihuahua por la lucha armada ante la resistencia a poner en marcha la reforma agraria y nacionalizar el ferrocarril.
Por otro lado, los sectores fieles al derrocado sistema porfirista, y los Estados Unidos, que veían peligrar sus intereses comerciales y petrolíferos, también contribuyeron a desestabilizar el gobierno maderista.

Las tensiones llegaron al límite cuando estalló la revuelta de Félix Díaz, sobrino de Porfirio Díaz, que se enfrentó con las tropas federales del general Victoriano Huerta en la misma ciudad de México. El 18 de febrero de 1913, después de nueve días de bombardeos, conocidos como "la decena trágica", Huerta y Díaz se entrevistaron con el embajador estadounidense Henry Lane Wilson, y los tres concretaron un pacto contra Madero. Huerta asumió la presidencia de México y detuvo a Madero, que fue asesinado a los pocos días.
El gobierno de Victoriano Huerta Las primeras medidas del nuevo presidente, tales como la prohibición de la libertad de prensa, la eliminación de destacados revolucionarios y la persecución de los movimientos obreros, contaron con el apoyo de los sectores más conservadores. Sin embargo, la oposición se organizó y pronto estalló una nueva insurrección en diferentes puntos.
En el norte, en los estados de Chihuahua, Sonora, Sinaloa y Tamaulipas, se sublevaron Venustiano Carranza y Pancho Villa; y en el sur, en Morelos, Zapata volvía a erigirse en líder de la revuelta. La alianza entre ambas facciones, tras el acuerdo de Guadalupe, y el apoyo del presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson a la causa revolucionaria, con el envío de tropas a Veracruz, llevaron a Huerta a exiliarse en julio de 1914.



CONCLUSION

La Revolución Mexicana fue el movimiento social de mayor envergadura en el mundo latinoamericano, y uno de los más importantes del mundo occidental por su magnitud y violencia.
La Revolución Mexicana que comenzó como un cuestionamiento al régimen autoritario de Porfirio Díaz, terminó sacudiendo todos los órdenes de la sociedad. Luego de ella nada permaneció como antes: Toda la sociedad se vio afectada por un conflicto que asumió los ribetes de una verdadera guerra civil, en el que ninguno de los sectores sociales pudo permanecer indiferente o al margen.
Luego de ella, México consiguió salvar la brecha entre la violencia revolucionaria y la institucionalización, construyendo un orden que haría posible la estabilidad política y la modernización dentro de un nuevo marco de ideales y de propósitos, con un nuevo y mucho más amplio grupo de participantes en el sistema político.
La reorganización del Estado permitió la profundización de los procesos de industrialización y urbanización, mientras aparece el nacionalismo como sentimiento generalizado. La Revolución Mexicana fue un factor decisivo en la pregunta por la nacionalidad, en una etapa en la que descubre que la identidad no es única, y en el que a partir de ella se asiste a un proceso de revisión y reconstrucción de una nueva nacionalidad.

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